Estadíos de la Enfermedad Renal Crónica

La Enfermedad Renal Crónica (ERC) se origina como respuesta al daño causado por múltiples patologías, las cuales generan una pérdida de las funciones realizadas por el riñón, así como algunas condiciones preexistentes en el paciente (diabetes y obesidad, entre otras), tal como recuerda la organización estadounidense National Kidney Fundation.

La comprensión de las diferentes etapas y momentos de una ERC le permiten al profesional médico dar un diagnóstico más preciso al paciente. Este, a su vez, puede tener más comprensión de su ERC, entendiendo la urgencia de los cuidados y medidas que debe adoptar para contener el avance de la enfermedad, que muchas veces es silente y no presenta muchos síntomas. Así, la realización de exámenes de rutina es clave para actuar a tiempo. 

Tasa de filtración glomerular estimada (TFGe), ¿qué es y por qué es clave entenderla?

La TFGe es una medida obtenida a través de un examen de sangre que permite entender cómo está la función renal de acuerdo  con  la filtración de creatinina sérica, un producto de desecho muscular que se filtra de la sangre gracias a la labor de los riñones. Cuando existe alguna afectación a estos órganos, como en la ERC, la creatinina se comienza a concentrar en mayor cantidad en la sangre del paciente. 

Estadíos de la ERC según la filtración glomerular

Ahora que ya comprendemos en qué consiste esta medida, podemos entender cuál es la etapa en la que se encuentra cada paciente según el resultado de los exámenes de sangre. 

Tal como señala la tabla, existen cinco etapas. Por supuesto, desde la etapa dos debe haber un acompañamiento médico en el que el paciente siga atentamente las indicaciones de cuidado para evitar que la enfermedad resulte en las etapas cuarta y quinta, que son las que decantan en la necesidad de buscar un trasplante de riñón o realizar diálisis de por vida. 

• Primera etapa

Aunque en esta etapa todavía se considera que existe un funcionamiento normal del riñón, si la persona se acerca a una tasa de filtración glomerular de 90 ml/min, debe estar atenta a hacer cambios en su estilo de vida que eviten que su situación se complique. La organización American Kidney Fundation  recomienda: evitar el consumo de tabaco, llevar una dieta balanceada, un estilo de vida activo (con un peso saludable) y solicitar chequeos médicos de niveles de azúcar y presión en la sangre con cierta frecuencia. 

• Segunda etapa

Aunque aquí todavía se considera que la función del riñón es estable, es importante que la persona siga haciendo un esfuerzo consciente por llevar un estilo de vida saludable, de lo contrario su situación podría empeorar. De igual manera, estar en etapa dos indica que hay algún tipo de daño leve en el riñón. Se sugiere una visita al nefrólogo para entender a qué se debe la disminución de la capacidad de filtración de estos órganos. 

• Tercera etapa

En la tercera etapa de la ERC ya se considera que los riñones no están trabajando bien. Esta etapa se divide en 3A y 3B, tal como se observa en la tabla. Si bien no siempre se presentan síntomas, algunas de las primeras señales tienen que ver con pies y manos hinchados, dolor de espalda y un aumento o disminución de veces que la persona va a orinar, en comparación con lo acostumbrado. Algunas complicaciones de esta etapa incluyen anemias, descalcificación en los huesos (hiperfosfatemia) y presión sanguínea elevada. 

• Cuarta etapa

Este estado ya es considerado crítico, y es donde el paciente debe  prepararse para la posibilidad de una diálisis (hemodiálisis o peritoneal) o incluso de un trasplante de riñón en caso de encontrarse uno. Las personas que ya están en la cuarta etapa deben estar visitando con frecuencia a su nefrólogo y tomando las medicinas recetadas.  

• Quinta etapa

Para este momento, es seguro decir que los riñones ya están fallando o se acercan a este punto. La acumulación de desechos en la sangre puede hacer que la persona se sienta muy indispuesta por diferentes razones. Además de los síntomas de las anteriores etapas, para este momento la persona puede tener pérdida de apetito, náuseas, calambres, problemas respiratorios y problemas para conciliar el sueño. Aquí, la única salida es la diálisis o el trasplante de riñón.